La afición valencianista acudió en masa a la capital andaluza con la ilusión de volver a disputar una final tras once años de ausencia, y sin haber conseguido ningún título en la presente década. Esta ilusión desbordó dentro y fuera del campo al Barcelona, camisetas de futbol campeón de Liga pero en absoluto desánimo tras su dramática eliminación en Champions y con importantes bajas.