El único ejemplo de su empleo como viable escudo rojiblanco del que tengamos perseverancia se sitúa en el mes de diciembre de 1920, camiseta de japon con ocasión de un partido de homenaje que se le tributó a Fernando Villaverde. Iniesta marcó contra Chile en el primer triunfo del torneo e ingenió junto a Xavi el gol que derrotó a Portugal en camiseta japon octavos.