La afición tenía grandes esperanzas en llegar lejos en la Copa al no disputar esta temporada ninguna competición europea, y además estar en el lado del cuadro donde evitaba enfrentarse hasta la final con los tres rivales más fuertes. En cuanto a las repercusiones económicas, el club comunicó a sus cerca de 400 empleados el 21 de marzo que no sería necesario llevar a cabo un ERTE que causaría despidos temporales de parte de sus empleados, y que Peter Lim había puesto a disposición del club una línea de crédito abierta por si surgieran la necesidad de cubrir el pago de salarios en el contexto de crisis.