Entonces Me Preguntó: «¿Qué Han Dicho Los Otros?

Y es que la nobleza, en su origen, es «nobleza moral» y ésta «tiene su cuna sólo en la virtud del que la adquiere»; así la nobleza sería, en primera instancia, una virtud personal e intransferible, muy apreciable e inalienable, que, en segunda instancia, desde esa base acomete una acción admirable en beneficio de la colectividad u obtiene un triunfo útil, importante y saturado de emoción para un pueblo entero.